sábado, 30 de noviembre de 2013

Diabetes y alimentación

Como vimos, la diabetes es una enfermedad con la que tenemos que aprender a convivir, y una parte muy importante de nuestro día a día es lo que comemos. Por ello, os dejamos estas recomendaciones alimenticias para llevar la diabetes de la mejor manera posible.



Claves de la dieta en personas con diabetes
  • Mantenerse en el peso ideal o lo más cerca posible. En el hombre no pasar de 94 cm de perímetro de cintura y en la mujer de 82 cm.
  • Distribuir la comida en 5 o 6 tomas para que en cada toma la cantidad sea elevada y tampoco la presencia de azúcar en la sangre.
  • El 70% de los alimentos del día deben ser de la tierra y cuanto más integrales mejor. El 30% restante de origen animal pobres en grasa, desnatados,etc.
  • Fibra en todas las comidas: alimentos integrales, fruta con piel, legumbres con cáscara, ensaladas, guarniciones vegetales.
  • Bebidas: Agua, zumos (los justos para evitar posibles hipoglucemias) y nada de alcohol (máximo una cerveza o copa del vino al día).

Alimentos recomendados para la diabetes
  • Legumbres. Contienen entre un 20-30% de hidratos de carbono y son muy bien toleradas por los diabéticos. Regulan el nivel de azúcar en sangre gracias a su contenido en fibra. La fibra hace que el paso del azúcar a la sangre sea más lento y se eleve menos glucosa.
  • Verduras. Todas son muy bien toleradas. Contienen muy pocas calorías por lo que contribuyen a evitar la obesidad. La coliflor y el restod e las coles, incluido el chucrut, endibias, escarolas, lechuga, judías verdes, guisantes, pepino, alcachofa, apio, aguacate, cebolla y champiñones. El brécol o brócoli tiene un alto contenido en cromo, un oligoelemento que regula los nieveles de azúcar en la sangre, de hecho, las eprsonas con déficit de cromo son más propensas a sufrir diabetes. Se recomienda cocinar con perejil. 
  • Cereales integrales. Cebada, trigo y avena. El mijo es otro cereal hipoglucemiante capaz de reducir los nieveles de azúcar en la sangre, se recomienda su consumo 3 veces por semana.
  • Fruta. Es un error creer que los diabéticos no pueden consumir fruta por su contenido en fructosa. La fruta es necesaria, entre otras cosas, por su aporte de vitaminas antioxidantes que protegen las paredes arteriales por eso se puede seguir disfrutando de ella, eso sí, en cantidades recomendadas. Las frutas mejor toleradas por los diabéticos son las de bajo índice glucémico y ricas en fibra soluble que ayuda a reducir como manzanas (contiene pectina ayuda a controlar la glucemia), aguacate, mango, bayas (arándanos, fresas, cerezas, frambuesas, moras), cítricos como lima y limón. Las frutas con mayor contenido en glucosa comolos plátanos pueden consumirse con moderación sin sobrepasar las cantidades máximas recomendadas. Es mejor tomar las frutas enteras por la fibra que en zumo que se reservará para casos de hipoglucemia.
  • Frutos secos. Ricos en vitaminas B y E. No conviene abusar de ellos ya que aportan bastantes calorías.
  • Patata. Bien tolerada aunque conviene consumirla en cantidades controladas, poco cocida y en trozos mejor que en puré.
  • Germen de trigo. Rico en vitaminas B y E. 4 o 5 cucharadas al día permiten reducir las necesidades de insulina ya que contiene una sustancia llamada octaconasol que es sustituto de la insulina. Además, los consumidores de germen de trigo tienen menos catarros gracias a un sistema inmue más fuerte.
  • Levadura de cerveza. Considerada comno una "insulina vegetal" estimula el funcionamiento del páncreas y regula los niveles de azúcar. Es rica en proteínas, vitaminas del grupo B y minerales incluida una forma activa del cromo conocida como Factor de Tolerancia a la Glucosa (FTG).
  • Aloe vera. Su pulpa ha conseguido quitar la dependencia a la insulina y reducir la dosis.
  • Infusión de eucalipto y canela. El eucalipto tiene unas excelentes propiedades hipoglucemiantes, es decir, capaz de disminuir el azúcar en sangre, por ello es una buena opción en la diabetes no insulinodependiente.Además, la canela estimula la actividad de la insulina haciéndola trabajar con mayor eficiencia.

Alimentos "prohíbidos" para la diabetes

  • Azúcares. Su consumo exige un control riguroso ya que es el alimento más directamente relacionado con el nivel de glucosa en la sangre. Con la miel ocurre los mismo que con el azúcar. Cuidado con la bollería refinada que, además, es muy rica en grasas.
  • Chocolate con menos del 70% de cacao. Este chocolate es para los diabéticos como la bollería. Si tiene más del 70% de cacao , 1-2 onzas al día no vienen mal.
  • Carne. Un consumo excesivo de carne parece estar estar directamente relacionado con la aparición de diabetes. Es mejor mejor tomar carne magra cocida, asada, a la plancha o al horno 3 veces por semana.
  • Alcohol. Hace que las células se vuelvan más resistentes a la insulina y empeore la evolución de la diabetes.
  • Sal. Está en relación directa con la hipertensión arterial a la cua son propensos los diabéticos.

Dieta saludable VS colesterol alto

El otro día estuvimos hablando de la comida basura y de las enfermedades derivadas de nuestra mala alimentación. Una de ellas dijimos que era el colesterol y os contamos en que consistía dicha enfermedad. Como estos días vamos a hablar de diferentes tipos de dietas, nos parece interesante comentar cual sería una dieta saludable para las personas que tengan colesterol alto.

Aquí os dejamos una serie de consejos útiles para contrarrestar el colesterol: 
- Mantenga una dieta variada, con abundancia de cereales, verduras y frutas.
- Reduzca el sobrepeso con una dieta baja en calorías.
- Disminuya el consumo de carnes rojas y huevos (máximo 2 ó 3 por semana).
- Frecuencia recomendada de carnes y aves: carnes rojas, dos días por semana; pollo, pavo  sin piel o conejo, dos o tres días por semana. Cantidad recomendada: una sola vez al día, no  más de 200 gramos.
- Tome productos lácteos semidesnatados o mejor desnatados. Evite la leche entera y sus  derivados (helados, nata, mantequilla, yogures enteros, quesos grasos,...).
- Consuma preferentemente aceite de oliva y evite los aceites de coco y palma, presentes      frecuentemente en productos de bollería, fritos y precocinados.
- Tome con frecuencia pescado y en especial el azul (sardina, trucha, atún, caballa, salmón,...).
- No fume. Es el consejo más importante que le damos.
- Haga ejercicio físico de forma regular.
- Cocine con poco aceite (oliva, girasol o maíz). Evite en lo posible los fritos y guisos.    Preferible a la plancha o a la brasa. Retire la grasa visible de la carne antes de cocinarla.
- Puede utilizar todo tipo de condimentos. La sal, con moderación.
- Evite el consumo de alcohol. Podría ser aceptable hasta 2-3 vasitos de vino al día en  varones, la mitad en las mujeres. Es desaconsejable en pacientes con sobrepeso, mujeres  embarazadas y pacientes con hipertrigliceridemia.

En esta tabla tenemos una dieta abierta sobre los alimentos que se deben consumir cuando tenemos este problema:

Alimentos frescos y congelados
Consumo diario
Consumo moderado
(1-2 veces por semana)
Consumo esporádico
(desaconsejados)
Cereales
Harinas, *pan, cereales, *arroz (mejor integrales), maíz, *pastas, galletas integrales
Cereales con azúcar,
*Pasta italiana con huevo y *bollería y galletas preparadas con aceite de oliva o de semilla
Bollería, croissants, ensaimadas, magdalenas, galletas y bollería industrial preparada con grasas no recomendables
Frutas,
verduras y legumbres
Todas las legumbres están especialmente recomendadas
*Aceitunas, *aguacates, *patatas fritas en aceite de oliva o de semilla
Patatas chips o patatas o verduras fritas en aceites vegetales de coco o palma.
*Frutos secos
Ciruelas pasas, albaricoques
Nueces, dátiles, pipas de girasol sin sal, almendras, castañas, avellanas, cacahuetes
Cacahuetes salados, coco y pipas de girasol saladas
Huevos,
leche y
derivados
Leche desnatada, yogurt y productos elaborados con leche desnatada, clara de huevo, flanes sin huevo
Huevo entero (2-3 por semana)
Queso fresco o con bajo contenido graso, requesón.  Leche y yogurt semidesnatado
Leche entera, nata, crema, flanes de huevo, quesos duros y cremosos
Pescados y Mariscos
Pescado blanco y *azul, *atún en lata, salmón ahumado, marisco bivalvo (mejillones, almejas, chirlas, ostras,...)
Bacalao salado, *sardinas y caballa en lata (en aceite de oliva), calamares, gambas, langostinos, cangrejos (marisco)
Huevas de pescado, pescado frito en aceite o grasas no recomendadas, mojama
Carnes rojas(1)

Ternera, buey, vaca, cerdo, caballo, cordero (partes magras), jamón serrano (partes magras), salchichas de pollo o ternera
Embutidos, beicon, hamburguesas, salchichas frankfurt, patés, vísceras, despojos
Aves y caza

Conejo, pollo y pavo sin piel. Venado, Caza menor
Ganso, Pato
Grasas y aceites
Aceites de oliva
Aceites de semillas (girasol, maíz...) y margarina vegetal (sin ácidos grasos trans.)
Mantequilla, margarinas sólidas, manteca de cerdo, unto, tocino, sebo, aceites de palma y de coco
Postres
*Mermeladas, *miel, *azúcar, repostería casera: sorbetes (helados), tartas y pasteles (preparados con leche descremada y margarina)
Caramelos, flan sin huevo, frutas en almíbar, turrón, mazapán, bizcochos caseros y dulces hechos con aceite de oliva o semilla
Chocolates y pasteles.
Postres con leche entera, huevo y nata o mantequilla. Tartas comerciales
Bebidas
Agua mineral, *zumos naturales, infusiones,
Café y té: 3 al día
Vinos: 1-2 vasitos al día
Bebidas y refrescos ligeras sin azúcar
Bebidas ligeras azucaradas, sopas de sobre o lata
Especias y salsas
Pimienta, mostaza, hierbas, sofritos, vinagre, alioli
Mahonesa y besamel
Salsas hechas con mantequilla, margarina, leche entera y grasas animales (huevo y/o grasa de cerdo)
Nota: la dieta debe modificarse en caso de diabetes, obesidad, hiperuricemia o hipertensión.
* Los alimentos señalados con un asterisco, debido a su riqueza calórica, deben limitarse en pacientes con sobrepeso o hipertrigliceridemia.

Por último os dejamos un link donde encontrareis una serie de recetas para que os sea más fácil escoger el menú de cada día:
Esperamos que os sea de utilidad y muchas gracias por visitarnos.

OBESIDAD: DIETAS HIPOCALÓRICAS PARA BAJAR PESO

Hace unos días hablamos sobre la obesidad. Hoy, os damos unos consejos y os proponemos dietas para llevar a cabo este tipo de personas con sobrepeso.

Para bajar peso es necesario un tratamiento integral que garantice una pérdida de peso a largo plazo y de forma progresiva. Hay que tener en cuenta todos los factores implicados como son el grado de sobrepeso, el tipo de alimentación, el nivel de actividad física, la motivación... Mucho cuidado con una pérdida excesivamente rápida no es sana ni realista, al contrario puede ser peligrosa o puede coger efecto rebote. Una pérdida del 5-10% del peso ya aportará grandes beneficios al organismo además de mejorar el aspecto. 

Es muy importante que el peso y el tipo de dieta este controlado por un profesional tipo nutricionista. Este controlará la diferencia de peso desde el inicio de la dieta hasta el peso que se quiere lograr alcanzar y también recomendará numerosas dietas para seguir.

Como ya mencionamos, la obesidad es un problema de salud. Es una enfermedad que cauda numerosas complicaciones, hipertensión, diabetes, colesterol... Las calorías y la grasa que comemos en exceso se convierte en grasa corporal. Una persona con este problema tendrá que llevar una alimentación equilibrada con bajo contenido en grasas e incrementar la actividad física evitando así el sedentarismo.

Consejos para una buena alimentación en personas obesas:
  • Comer alimentos con poca grasa
  • Reducir el consumo de azúcar
  • Repartir la alimentación en 5 comidas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena
  • Evitar comer entre comidas, el decir el picoteo
  • Comer sentado, despacio y masticar bien la comida
  • Evitar comer viendo la televisión
  • Disminuir el consumo de carnes rojas y aumentar el de pescados
  • Consumir verduras y hortalizas en abundancia
  • Tomar al menos dos piezas de fruta al día
  • Beber agua entre 1,5 y 2 litros al día
  • Evitar o limitar el consumo de alimentos fritos o cocinados con excesiva grasa

Varios ejemplos de dietas:

DESAYUNO
- Fruta : 1 pieza , excepto de hipercalóricas como uvas, chirimoya, plátano, higos
- Yogur desnatado 125 ml o leche desnatada 125 ml
- Infusiones sin azúcar ( manzanilla, té, o café solo )

MEDIA MAÑANA
- Yogur desnatado si no lo has tomado en el desayuno
- Infusión sin azúcar

COMIDA (Elegir una opción)
1- Ensalada de verduras y hortalizas . Lechuga, tomate, cebolla, zanahorias, remolacha, rábanos , apio, alcachofas, pepinillo.
evitar habas, guisantes, coles de Bruselas. Las patatas en principio también se evitaran
2- Carne o pescado. Asado, al horno, cocido, al vapor o a la plancha. El pollo tomarlo sin piel. Evitar el cerdo o tomar sólo la parte menos grasa, como el lomo o el solomillo . Evitar la ternera con grasa (entrecot o chuleta).

MERIENDA
- Fruta baja en ázucar, una pieza
- Yogur desnatado si no lo has tomado en el almuerzo
- Infusión

CENA (Elige una opción)
1- Verdura rehogada al vapor o cocida. Evitar las patatas. Puede tomar acelgas, judías verdes ,coliflor, berenjenas, cardos.
2- Huevos cocidos o escalfados, fiambre hipocalórico de pavo o jamón York hipocalórico, queso fresco desnatado.

--------------------------------------------------------------------------------------

DESAYUNO
- 200 ml. de leche desnatada.
- 20 gr. de pan blanco o integral.

MEDIA MAÑANA
- Un alimento a escoger del grupo FRUTAS.

COMIDA
- Una ensalada preparada con huevo duro, 100 g de patatas cocidas, lechuga de su elección, un tomate fresco y con sabor, con dos cucharaditas de aceite, 30 g de pan integral.

MERIENDA
- Un alimento a escoger del grupo FRUTAS.

CENA
- 150 g de pechuga de pollo a la plancha, 200 g de espinacas hervidas con una rociada de parmesano, 30 g de pan integral.

---------------------------------------------------------------------------------------



NORMAS GENERALES:
- Aceite: para todo el día máximo 2 cucharadas
- Pan: evitarlo al máximo. Lo mejor pan integral
- Bebidas: beber mucha agua. No tomar bebidas alcohólicas, ni bebidas gaseosas o bebidas carbónicas hipocalóricas.
- Yogur desnatado: máximo 2 al día
- Frutas: Dos frutas al día , sin combinar dos tipos de frutas en el mismo ida.

viernes, 29 de noviembre de 2013

SEDENTARISMO Y SUS CONSECUENCIAS

El sedentarismo físico se define como la carencia de ejercicio físico en la vida cotidiana de una persona. También se define como la falta de actividad física menos de 30 minutos y de 3 veces por semana. Esos 30 minutos pueden además repartirse a lo largo del día, en períodos de actividad física de preferiblemente no menos de 10 minutos, y puede perfectamente ser a partir de actividades cotidianas como son caminar a buen ritmo, subir escaleras, trabajar en el jardín o en las tareas de la casa.

Actualmente un 60% de la población mundial se considera que hace vida sedentaria. Los datos relacionados con España reflejan un aumento del 10% de la población sedentaria en la última década, desde un 45% hasta un 55% en la actualidad como valor promedio. Un estudio realizado por un centro de medicina deportiva madrileño revela que dos de cada tres adultos europeos no se ejercita moderadamente, ni siquiera media hora al día y que el 25% no realiza ninguna actividad física. Actualmente, el sedentarismo se extiende con rapidez en la sociedad actual y que con él aparece la posibilidad de tener muchas enfermedades. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que los modos de vida no activos son una de las diez causas principales de mortalidad en el mundo, hasta el punto de provocar alrededor de dos millones de muertes anuales en el mundo. 

Las consecuencias del sedentarismo son: 
  • Propensión a la obesidad: la persona sedentaria no gasta las grasas que consume y estas son almacenadas en áreas como el abdomen, lo que aumenta su volumen. Contrariamente a lo que se piensa, que reduciendo la cantidad de alimentos con las dietas se reduce el volumen de grasas, las dietas sin un régimen deportivo lo único que hacen es activar dichos "almacenes de grasa". Una dieta sin deporte está condenada al fracaso. 
  • Debilitamiento óseo: la carencia de actividad física hace que los huesos pierdan fuerza y se debiliten, lo que puede derivar en enfermedades óseas como la osteoporosis, que se manifiesta en un debilitamiento de los huesos. 
  • Cansancio inmediato ante cualquier actividad que requiera esfuerzo físico como subir escaleras, caminar, levantar objetos o correr. 
  • El aumento del volumen de grasas en el organismo implica también el colesterol en el cual las arterias y venas se vuelven también almacenes de grasas inutilizadas, lo que hace que el flujo sanguíneo hacia el corazón sea menor y por lo tanto tenga que hacer un doble esfuerzo. De esto vienen los problemas cardíacos y fatiga ante cualquier esfuerzo. 
  • Problemas de espalda que generan dolores frecuentes. 
  • Propensión a desgarros musculares. 
  • También puede debilitar la mente, ya que el cansancio, el estrés, que generan estas consecuencias, llegan directamente al cerebro. 
  • Menor digestión. 
Un dato curioso es la relación entre cáncer y ejercicio físico. En el año 1922 se escribió el primer artículo científico en el que se ligaba la práctica del ejercicio físico y la prevención del cáncer. Desde entonces se han realizado múltiples estudios sobre hacer deporte y cáncer que han llegado a las siguientes conclusiones sobre esta relación: 
  • El nivel de evidencias científicas sobre el papel de la actividad física como factor de prevención es alto y convincente, en los casos de cáncer de mama y colorrectal.
  • En los casos de cáncer de próstata el nivel de evidencia científica es probable, y en los de pulmón y endometrio tan sólo posible.
  • Los efectos beneficiosos del ejercicio físico en la prevención del cáncer son dependientes de la cantidad total de ejercicio realizado (horas e intensidad). De esta forma, los niveles más elevados de actividad física, medidos en horas practicadas semanalmente, se relacionan con una menor incidencia de ciertos tipos de cáncer (mama, colon y próstata).
  • En los pacientes ya tratados, el mantenimiento de la actividad física reduce el riesgo de recidiva y de mortalidad.
  • En las pacientes de cáncer de mama sometidas a tratamiento hormonal con inhibidores de aromatasa resulta esencial la práctica de ejercicio físico.

Con una buena alimentación variada y con un poco de ejercicio diario (caminar 30 minutos por ejemplo) se puede llevar una vida sana, pudiendo evitar así, entre otras cosas, muchas enfermedades.



El método para poner más años en su vida y más vida en sus años

En una breve y muy acertada declaración, el Doctor K. H. Cooper define el ejercicio físico como "el método para poner más años en su vida y más vida en sus años". Atendiendo a esta pequeña fase que compartimos con vosotros a modo de introducción, se puede suponer ya que nuestro tema de hoy, la actividad física, es una de las mejores formas de mantenernos sanos y saludables. Una definición más formal sería "La actividad física es todo movimiento del cuerpo que hace trabajar a los músculos y requiere más energía que estar en reposo."


En a actualidad parece claramente demostrado que mientras el sedentarismo supone un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, entre las que destacan las cardiovasculares por representar una de las principales causas de muerte en el mundo occidental, el llevar una vida físicamente activa produce numerosos beneficios, tanto físicos como psicológicos, para la salud.

Beneficios de la actividad física: 

  • Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica en grado similar al de otros factores de riesgo como el tabaquismo. 
  • Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos. 
  • Mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL)
  • Mejora la regulación de la glucemia  y disminuye el riesgo de padecer diabetes no insulin dependiente.
  • Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.
  • Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más frecuentes y sobre el que al parecer existe mayor evidencia. 
  • Incrementa la utilización de grasa corporal y mejora el control del peso.
  • Ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funciona para realizar otras actividades del día a día. 
  • Ayuda a mantener a estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad moderada, como la recomendada  con el fin de obtener beneficios para la salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa para la artrosis. 
  • La actividad física y de forma especial aquella en la que no se soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos y jóvenes.
  • Ayuda a conciliar y mejora la calidad del sueño.
  • Mejora la imagen personal y permite compartir una actividad con la familia y amigos.
  • Ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo del estrés.
  • Ayuda a combatir y mejorar los síntomas de ansiedad y la depresión, y aumenta el entusiasmo y e optimismo.
  • Ayuda a establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños y combatir factores que favorecen el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en edad adulta.
  • En adultos de edad avanzada disminuye el riesgo de caídas, ayuda a retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el envejecimiento. 
  • Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la reducción del gasto sanitario. 


Somos lo que asimilamos: dieta saludable

 ¿Cuántas veces hemos escuchado a alguien decir “me tengo que poner a dieta”? Imagino que miles, pero lo que nosotros nos preguntamos es…¿ esa persona sabe cual es la dieta más apropiada para ella? Con esta entrada pretendemos dar a conocer las características básicas de una dieta saludable. 

La dieta es una herramienta que se puede aplicar sobre personas sanas o enfermas, con fines educativos, preventivos o terapéuticos, sobre individuos o colectividades... Es una herramienta que debe ser utilizada de manera consciente, teniendo en cuenta que es un elemento más del plan terapéutico.
Se considera que una alimentación es saludable, cuando los alimentos que son consumidos junto con otros factores como el estilo de vida (sedentario, activo), edad y situación fisiológica (embarazo, lactancia, infancia, adolescencia, vejez) proporcionan los nutrientes necesarios para mantener la salud del organismo, en el momento actual y también en el futuro.
Muchas enfermedades están directamente relacionadas con una mala dieta mantenida a lo largo de los años: obesidad, trastornos cardiovasculares, cáncer, osteoporosis, hipertensión y diabetes tipo II.

A la hora de planificar una dieta es preciso:
- Tener un amplio conocimiento de los grupos de alimentos.
-  Manejar los principios de dieta equilibrada.
- Conocer bien la patología sobre la que vamos a aplicar la dieta. 
- Valorar las características del paciente para el que confeccionaremos la dieta.






¿Qué se considera dieta equilibrada? 

Una dieta cuantitativamente es correcta cuando aporta la energía adecuada, permite el mantenimiento o consecución del peso ideal y aporta todas las vitaminas y minerales en cantidades no inferiores a 2/3 de las aportes dietéticos recomendados (RDA). Las dietas hipocalóricas por debajo de 1500 calorías no lo garantizan.
Los nutrientes son las sustancias que componen los alimentos. Nutrientes esenciales son aquellos que el organismo no puede sintetizar a partir de otros y, por tanto, depende absolutamente de su ingesta en los alimentos.

Los nutrientes que aportan energía son llamados nutrientes energéticos o macronutrientes:
1. Proteínas.
2. Grasas.
3. Carbohidratos.

Expresada en términos de Kilocalorías estos tres nutrientes aportan la siguiente energía:
1. 1 g de proteínas, 4 Kcal.
2. 1g de grasa, 9 Kcal.
3. 1g de hidratos de carbono, 3,75 Kcal.
4. 1 g de alcohol, 7 Kcal

La distribución porcentual de los macronutrientes en la dieta equilibrada es la siguiente:
 50- 55 % de carbohidratos.
 30-35% de grasas (15-20 % monoinsaturadas).
 10-15 % de proteínas.
En el manejo de la obesidad estos porcentajes se mantienen en la misma proporción. Solo en algunas ocasiones se modifican estos porcentajes cuando por ejemplo hay comorbilidades asociadas a la obesidad (síndrome metabólico, diabetes, dislipemia). En este caso se modifican en función de aquella patología que predomine. Por ejemplo en el caso de diabetes se disminuyen los hidratos de carbono y se aumentan las proteínas, aunque siempre con moderación en previsión de la posible nefropatía diabética. En el caso de dislipemia disminuyendo los lípidos, etc.

A lo largo de esta semana hablaremos de distintos tipos de dietas y de si son o no son saludables.
Y un último consejo:

jueves, 28 de noviembre de 2013

Si eres diabético, cuida tu colesterol (¡y si no, también!)

El colesterol es una sustancia natural que nuestro cuerpo produce, pero que si se encuentra en cantidades muy elevadas en nuestro organismo puede adherirse a las paredes arteriales llegando incluso a obstruirlas por completo. Es en este momento cuando se producen complicaciones como infartos o embolias. Además, atendiendo a los hábitos a los que tiende esta sociedad y de los que ya os hablé ayer, tales como el sedentarismo o la alimentación inadecuada, este es un problema que todos tenemos que tener presente, concienciándonos de que la prevención es la mejor forma de evitar problemas médicos. 


Y si este problema supone de por sí un riesgo muy importante para cualquier persona, existe un grupo poblacional que debe tener un cuidado muy especial de los niveles sanguíneos de estos lípidos: Los diabéticos, y principalmente los de tipo 2La diabetes mellitu es un conjunto de trastornos metabólicos, que afecta a diferentes órganos y tejidos, dura toda la vida y se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre: hiperglucemia. La causan varios trastornos, siendo el principal al baja producción de la hormona insulina, secretada por las células beta de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su uso inadecuado por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas. 

Como la glucosa no puede entrar en las células debido a la falta de insulina, aumenta su presencia en el torrente y con ello las posibilidades d deterioro de venas y arterias. Así, los pacientes con colesterol elevado y diabetes tienen una probabilidad 3 veces mayor de morir de ataque cardíaco, ictus o accidente cardiovascular que los  nodiabéticos con colesterol elevado, según el Congreso Europeo de Arteriosclerosis. 7

Lamentablemente, las enfermedades cardiovasculares representan alrededor del 65% de las muertes en pacientes diabéticos, por ello es importante tener en cuenta los valores de referencia de colesterol y triglicéridos aconsejados en diabetes, que deben ser:

  • Colesterol LDL: menos de 70 mg/dl
  • Colesterol HDL: mayor de 40 mg/dl
  • Triglicéridos: menos de 150 mg/dl

Las características que presenta la hipercolesterolemia en diabéticos son:

  • La concentración de HDL o colesterol bueno en sangre es menos de 40mg/dl en hombres y menos de 50 mg/dl en mujeres.
  • Las partículas de colesterol LDL o colesterol malo son más pequeñas y espesas, lo que favorece  el taponamiento arterial. 
  • Los valores de colesterol LDL se encuentran por encima de lo recomendable.
  • Aumenta el riesgo de sufrir un ataque al corazón y derrames cerebrales 

Aquí os dejo un pequeño vídeo explicativo sobre lo que os acabo de contar:


COMIDA BASURA, EFECTOS EN EL ORGANISMO


Existen cambios en los hábitos de alimentación de la población, provocados por un ritmo de vida muy acelerado y estresante. Esto provoca que muchas personas se vean obligadas a alimentarse a partir de comida conocida como fast food, rápida o basura, hasta llegar a casos en los que uno ni se siente para ingerirla o mismo coma en el coche.

Alimentos como hamburguesas, perritos calientes, batidos, patatas fritas, aros de cebolla fritos, pollo frito, pizzas y demás snacks forman parte de la alimentación diaria de una inmensa mayoría de personas, que sin darse cuenta están llevando a cabo una dieta poco variada y desequilibrada, con muchas desventajas y peligros para la salud y el bienestar en general.

Si nuestra alimentación se basa en el consumo excesivo de este tipo de comidas, los resultados pueden ser realmente peligrosos para nuestra salud. Entre las más graves consecuencias de la comida basura cuando la comemos con mucha frecuencia, y sin equilibrarla con alimentos nutritivos y saludables, encontramos:
  • Aumento de peso y más posibilidades de desarrollar obesidad
  • Colesterol malo alto
  • Riesgo de enfermedades cardiovasculares
  • Deficiencia cardíaca
  • Resistencia a la insulina
Otro aspecto que nos llamó la atención es que en una investigación se demostró que la comida basura acelera el envejecimiento. Así que, como si los peligros de la lista fueran pocos, estas comidas a largo plazo perjudican la salud y también la apariencia. Además, otro problema de gran importancia es que puede obstruir las arterias. La comida rápida es alta en grasa y colesterol y, con el tiempo puede producir una acumulación de placa en las arteria. Esto afecta las funciones del corazón y puede producir peligrosos coágulos de sangre. Pueden producirse infartos y ataques fatales, como también bajar la circulación de sangre en las extremidades que puede resultar en gangrena y requerir amputación.


Es necesario aclarar que si este tipo de comidas fuesen consumidas de manera esporádica, no representaría ningún tipo de riesgo para nuestra salud. El problema se presenta cuando estos alimentos son ingeridos de manera diaria o habitual, ya que este tipo de alimentación nutricionalmente desequilibrada, genera al largo plazo una carencia de nutrientes con demasiados efectos indeseables para nuestro organismo, llegando a causar muchas veces la muerte.


El colesterol

El colesterol es una sustancia cerosa, de tipo grasosa, que existe naturalmente en todas las partes del cuerpo. El cuerpo necesita determinada cantidad de colesterol para funcionar adecuadamente. Pero el exceso de colesterol en la sangre, combinado con otras sustancias, puede adherirse a las paredes de las arterias. Esto se denomina placa. Las placas pueden estrechar las arterias o incluso obstruirlas.
Los niveles de colesterol elevados en la sangre pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Los niveles de colesterol tienden a aumentar con la edad. El aumento de colesterol no suele tener signos ni síntomas, pero puede detectarse con un análisis de sangre.
El colesterol, es un lípido necesario para que nuestro cuerpo funcione correctamente: es el encargado de producir ciertas hormonas, ayuda en la formación de la bilis y la vitamina D y cumple una labor fundamental en el mantenimiento de la estructura celular del organismo. Lo que comúnmente conocemos como “tener colesterol” técnicamente debería llamarse hipercolesterolemia, esto es, “tener demasiado colesterol”.


Colesterol "bueno y colesterol "malo"

Las lipoproteínas son sustanncias mediante las cuales las grasas como el colesterol, ésteres de colesterol, los triglicéridos y fosfolípidos son transportados a través de la sangre.
El colesterol asociado a las lipoproteínas de baja densidad se le denomina LDL-colesterol, y se le conoce como "colesterol malo", ya que es la principal lipoproteína que lleva el colesterol del hígado al resto del organismo.
Al colesterol asociado a la lipoproteína HDL se le denomina HDL-colesterol, y se le conoce como "colesterol bueno" ya que su principal función es recoger el colesterol de los tejidos, y llevarlo al hígado.

Factores de riesgo:

· Si sus niveles en sangre se elevan producen hipercolesterolemia. Está demostrado que las personas con niveles de colesterol en sangre de 240 tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con cifras de 200.
· Cuando las células son incapaces de absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de la arteria y contribuye a su progresivo estrechamiento originando la arterosclerosis.
· Si un enfermo de ateromatosis mantiene muy bajos sus niveles de colesterol en sangre puede lograr que ese colesterol pase de la pared arterial nuevamente a la sangre y allí sea eliminado. Por ello, se recomienda a los pacientes que han sufrido infarto de miocardio o accidente cerebral que mantengan cifras muy bajas de colesterol para intentar limpiar así sus arterias.

¿Cuáles son los niveles normales de colesterol y triglicéridos?

Colesterol total
Normal: menos de 200 mg/dl
Normal-alto: entre 200 y 240 mg/dl. Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl.
Alto: por encima de 240 mg/dl
Colesterol LDL
Normal: menos de 100 mg/dl
Normal-alto: de 100 a 160 mg/dl
Alto: por encima de 160 mg/dl

NOTA: Esta recomendación no significa que la cifra normal de LDL deba rondar los 100 mg/dl. En algunos casos, el nivel deseable de LDL puede ser incluso menor de 70 mg/dl.

Colesterol HDL
Normal: superior a 35 mg/dl en el hombre y 40 mg/dl en la mujer
Triglicéridos
Normal: menos de 150 mg/dl
Normal-alto: entre 100 y 500 mg/dl. Se considera hipertrigliceridemia a los niveles de triglicéridos superiores a
150-200 mg/dl.
Alto: por encima de 500 mg/dl.

Colesterol en los niños
Cada vez son más los casos entre niños o jóvenes que debido a una incorrecta dieta y al sedentarismo se convierten en serios candidatos a padecer hipercolesterolemia en el futuro. En líneas generales, éstas deben ser las cifras de colesterol para niños y adolescentes:
Normal: menos de 170 mg/dl
Normal-alto: entre 170 y 199 mg/dl
Alto: por encima de 200 mg/dl

¿Qué hacer si tenemos hipercolesterolemia?

El impacto del colesterol es distinto en cada persona y sus niveles deben ser puestos en perspectiva en función del tipo de hábitos de vida de cada individuo y la tendencia de éste a padecer problemas cardiovasculares.
En cualquier caso, si nuestro médico nos indica que padecemos hipercolestoremia –una conclusión a la que llegará tras analizar la cantidad de colesterol “bueno” (HDL) y colesterol “malo” (LDL) que hay en nuestro organismo, pues de poco sirve conocer los niveles de colesterol en conjunto– tendremos que hacer un esfuerzo por cambiar nuestra dieta y nuestros hábitos de vida.

Lo que SÍ debemos comer:

-Los nutricionistas recomiendan que comamos entre 15 y 30 gramos de fibra al día, de los cuales al menos 20 tienen que ser de fibra soluble, el tipo de fibra que nuestro organismo sí puede procesar y hace que disminuya y se ralentice la absorción de grasas y azúcares de los alimentos, regulando así los niveles de colesterol y glucosa en sangre.
La fibra soluble está especialmente presente en las legumbres, la avena y la cebada, y algunas frutas y verduras (como el plátano, las manzanas, las judías verdes o la berenjena). Si se padece colesterol es conveniente desayunar avena o cebada (que puede acompañarse con leche desnatada o yogur) y comer legumbres con frecuencia, una costumbre que, además, puede ayudarnos a adelgazar, ya que se trata de un alimento que tardamos más en digerir, teniendo una sensación de saciedad más prolongada.

-Grasas saludables: pescado azul, aceite de oliva y frutos secos
Para disminuir nuestros niveles de colesterol “malo” tenemos que consumir más grasas saludables que ayudan a elevar los niveles del HDL, el colesterol “bueno”. Estas pueden dividirse en ácidos grasos monoinsaturados (presentes, por ejemplo, en el aceite de oliva virgen), ácidos grasos omega-3 (presentes, sobre todo, en el pescado azul), esteroles y estanoles vegetales (que ayudan a absorber el colesterol de la comida y están presentes en aceites vegetales o incorporados en productos lácteos) y antioxidantes (presentes principalmente en frutas y verduras).

Las nueces, dadas sus propiedades especialmente saludables para combatir el colesterol, merecen un espacio aparte. Este fruto seco se ha convertido en el símbolo absoluto de las dietas bajas en colesterol y no es casual: comer 50 gramos de nueces al día puede ayudarnos a reducir el LDL (el colesterol “malo”) hasta en un 7%.

Lo que NO debemos comer

-Grasas saturadas y trans: lácteos, embutido, carne roja, bollería, fritos…
Este tipo de grasas son las responsables directas de que nuestros niveles de LDL se consideren patológicos. Ambos tipos de grasas aumentan la presencia de colesterol “malo”, disminuyen los niveles del “bueno” y aumentan la formación de coágulos dentro de los vasos sanguíneos.
Las grasas saturadas no pueden representar más de un 10% de la dieta, y las grasas trans, más perjudiciales, deben desaparecer por completo. Reducir su consumo es bastante sencillo, ya que basta con sustituir unos alimentos por otros: los lácteos enteros por los desnatados; la mantequilla y la margarina por el aceite de oliva y las carnes grasas o rojas por carnes magras con poca grasa, como el conejo o el pollo sin piel.
En el consumo de este tipo de grasas también influye enormemente la forma en que preparamos los alimentos. En concreto, debemos evitar tomar cualquier frito, pues en el proceso los alimentos adquieren una gran cantidad de grasas saturadas. Cocinar al vapor, a la plancha o al horno es siempre mejor opción.
Dado su alto contenido en grasas pocos saludables hay alimentos que debemos eliminar por completo de nuestra dieta: embutidos, bollería industrial (rica en grasas trans), marisco, paté…

-Triglicéridos: alcohol, dulces y demasiada fruta
Aunque los triglicéridos suenan como algo positivo –dado la desinformación que provocan ciertos anuncios– su acumulación excesiva puede provocar problemas cardiovasculares además de elevar los niveles de colesterol “malo”. Se trata de un tipo de lípidos que aumentan con el consumo de azúcares e hidratos de carbono bajos en fibra, por lo que, si queremos mantener a raya los niveles de colesterol, deberemos prescindir por completo del alcohol y los dulces, que juegan un papel importantísimo en su acumulación. El consumo de fruta debe ser moderado, pues la fructosa tiene un importante papel en el incremento de los triglicéridos.

Otros hábitos que debes seguir
Aunque la dieta es la herramienta más importante para mantener a raya el colesterol, hay ciertos hábitos que ayudan a reducirlo. Al margen del tipo de alimentación que llevemos, el sobrepeso es un factor de riesgo en sí mismo, por lo que debemos tratar de adelgazar si queremos no padecer hipercolesterolemia. Los médicos recomiendan combinar la dieta con ejercicio, que debemos practicar como poco media hora al día; el sedentarismo es también responsable de la acumulación del colesterol “malo” y la bajada del “bueno”.
Si se padece hipercolesterolemia también es conveniente dejar de fumar, no sólo porque se trata de un hábito que aumenta el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, además cuando las moléculas de colesterol se combinan con las toxinas del tabaco, cambian su comportamiento y se hacen más tendentes a depositarse en las arterias.

Aquí os dejamos un vídeo con un breve resumen de lo dicho anteriormente:

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Sedentarismo y mala alimentación y sus efectos en la obesidad


Ayer comentábamos el problema que supone la obesidad y el aumento de la prevalencia de la misma en nuestro país. Hoy vamos a hablar de factores presentes en nuestra sociedad y que se pueden considerar "culpables" de esta nueva situación. 

El primer problema que nos encontramos en nuestra investigación sobre la obesidad es el sedentarismo. Estudios recientes demuestran que la sociedad actual tiende cada vez más a esta forma de vida, la cual no se basa precisamente en el ejercicio físico diario. En la actualidad, cuatro de cada diez personas se declaran sedentarias, esto es, pasan más de 4 horas al día sentados y caminan menos de una hora. Esta inactividad física es el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad. De esta  situación se nos habla en la siguiente noticia


Además, si el sedentarismo es un problema a cualquier edad, este se hace mayor si observamos que uno de los mayores incrementos en este "modus vivendi"  se produce en niños y  adolescentes. Estudios recientes señalan que la resistencia cardiovascular en jóvenes ha disminuído un 15% desde 1975. Este bajón en el estado físico supone un incremento del riesgo de desarrollar problemas como enfermedades coronarias en edades más avanzadas. Entre estos riesgos reales nos encontramos también con un posible bajón de 10 años en la esperanza de vida de niños con obesidad, señalando que, debido a la falta de cuidado de su salud, podrían desarrollar enfermedades como diabetes temprana. 


Dejando a un lado el sedentarismo, continuamos con nuestra investiación y nos encontramos otro "gran problema" de la sociedad actual: la alimentación. Vivimos en el mundo de los fritos, las grasas y la comida rápida, y en muchas ocasiones no somos conscientes de cómo lo que comemos influye en el estado de nuestro organismo. Muchas noticias actuales hablan de la importancia de dar un giro de 180 grados a estos hábitos y concienciar a la sociedad de que una ingesta adecuada a las necesidades de nuestro organismo es una de las mejores maneras de cuidar nuestra salud. 


Como recomendación especial, os dejamos esta interesantísma entrevista a Dariush Mosaffarian, cardiólogo especialista en nutrición y codirector del programa de Epidemiología Cardiovascular de la universidad de harvard. Además, os dejamos este vídeo sobre la impotancia de la actividad física y la alimentación en la lucha contra la obesidad:

https://www.youtube.com/watch?v=4s7U4TXuCC4

Y por último mencionamos, a modo de técnica de motivación, los beneficios fisiológicos de la práctica de ejercicio: 
  •  Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.
  •  Previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión arterial y disminuye sus valores.
  •  Mejora el perfil lipídico en sangre (reduce triglicéridos y aumenta el colesterol HDL).
  •  Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones.
  •  Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control de peso. 
  •  Mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de diabetes no-insulino dependiente.

EFECTOS DEL ALCOHOL EN EL ORGANISMO

El alcohol es la sustancia dañina más consumida en nuestra sociedad, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales, malos tratos, problemas de salud, etc.).

Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional. No es un estimulante, como a veces se cree; la euforia inicial que provoca se debe a que la primera acción inhibidora se produce sobre los centros cerebrales responsables del autocontrol.

Las bebidas alcohólicas se pueden clasificar de dos formas dependiendo de su proceso de formación, así encontramos:
  • Bebidas fermentadas: Proceden de la fermentación de los azúcares contenidos en diferentes frutas (uvas, manzanas, etc.). Son, características de este grupo, la cerveza, la sidra y el vino. Su graduación alcohólica oscila entre 4º y 12º. 
  • Bebidas destiladas: Resultan de la depuración de las bebidas fermentadas, para obtener mayores concentraciones de alcohol. Se trata de bebidas como el whisky, el vodka, la ginebra o el ron, y oscilan entre 40º y 50º. 
La graduación de una bebida indica el volumen de alcohol etílico que contiene. Así, una botella de vodka de 37,5º contiene un 37,5% de alcohol puro.

En España mueren cada año 12.000 personas a causa de enfermedades o accidentes ocasionados o favorecidos por el consumo de bebidas alcohólicas. En Europa, el abuso de alcohol es responsable de una de cada cuatro muertes entre jóvenes varones de 15 a 29 años.

En la siguiente imagen podéis ver como es el viaje del alcohol por nuestro cuerpo desde su absorción hasta su eliminación:


Uno de los graves problemas que conlleva el consumo de alcohol son los accidentes de tráfico. En Europa por conducir bajo los efectos del alcohol mueren más de 57.000 jóvenes al año. En España, no podrán circular por las vías objeto de la legislación sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, los conductores de vehículos ni los conductores de bicicletas con una tasa de alcohol en sangre superior a:
  • 0,5 gramos/litro en sangre o 0,25 miligramos/litro en aire expirado conductores en general con más de dos años de carnet.
  • 0,3 gramos/litro en sangre o 0,15 miligramos litro en aire expirado conductores de vehículos destinados al transporte de mercancías, viajeros, mercancía peligrosas, transportes especiales y servicios de urgencias.
  • 0,3 gramos/litro en sangre o 0,15 miligramos/litro en aire expirado conductores noveles (menos de dos años de carnet).
Los efectos de alcohol en el cuerpo dependen de la tasa de alcoholemia, así tenemos:
  • Entre 0’15 y 0,5 g/l disminuyen los reflejos, la capacidad para apreciar las distancias, trastornos motores y euforia, desinhibición, perturbaciones leves en la conducta. El riesgo de accidentes de tráfico se multiplica hasta por 3.
  • De 0’8 a 1’5 g/l, se pasa a comportamientos de confusión, desorientación e incoordinación. Aparecen cansancio, fatiga y pérdida de la agudeza visual. El riesgo de accidentes se multiplica hasta por 9.
  • A partir de 1’50 g/l, se alcanza el estado de embriaguez. El riesgo de accidente llega a multiplicarse por 15.
  • A más de 2 g/l, la confusión y la incoordinación motora hacen que el individuo pierda su autonomía de marcha.
  • A partir de 3 g/l, se produce un estado de apatía y desestimulación, alcanzándose el estado de coma a partir de los 4-5 gr/l.

Según datos del Observatorio Español sobre Drogas (OED) los jóvenes de 20 a 24 años son los que con mayor frecuencia se emborrachan. Pero los jóvenes de 15 a 20 años afirman que se han emborrachado en alguna ocasión. Alrededor de 1.300.000 personas se emborrachan los fines de semana en España, con 285.000 haciendo un consumo de alto riesgo. El porcentaje más elevado de bebedores abusivos de fin de semana se encuentra entre los 20-24 años con un 16,2 %, seguido de los 25-29 años con 12,2%.

En el siguiente vídeo se puede ver cómo actúa el alcohol en nuestro organismo y los efectos que provoca, tanto en la absorción como en la eliminación:

Para terminar os dejamos con unos mitos un tanto curiosos que muchas veces escuchamos y que nos llamaron la atención:
  • Si comes cuando bebes te emborrachas menos. Es un mito a medias. Lo único cierto es que el que come con alcohol tarda más tiempo en apreciar sus efectos que el que se lo toma sin haber ingerido ningún alimento, que apreciará sus consecuencias de forma casi inmediata.
  • El grano de café. No es efectivo porque el grano absorbe el alcohol que se encuentra en la saliva, mientras que el alcoholímetro de los agentes mide el alcohol que está en los pulmones.
  • Salir del coche y ponerse a correr. El ejercicio físico aumenta la velocidad de metabolización del alcohol, pero esto no se aprecia hasta pasadas al menos dos horas.
  • Tomar Almax. Este medicamento es un protector de la mucosa gástrica. Evita que algunas sustancias se absorban por el estómago y al igual que ocurre cuando se bebe y a la vez se come algo, retarda los efectos de la bebida. Pero los alcoholímetros miden el alcohol que se encuentra en los pulmones.
  • Ingerir aceite. Retarda la absorción del alcohol, pero no altera la medición que se hace de los pulmones. Tiene efectos laxantes a las dos horas de tomarse unas cucharadas.
  • Beber agua. No tiene fundamento, porque no ayuda a diluir el alcohol.
  • Comer hierba. Es sólo un laxante. No tiene valor alguno.
  • Pasta de dientes. Tampoco tiene ninguna utilidad.
  • Vomitar. Lo único que se consigue es eliminar el alcohol del estómago, pero no el que está en los pulmones.
  • El alcohol con azúcar emborracha más. Falso. El azúcar no altera el metabolismo del alcohol.
  • Beber con una pajita es más embriagador. No es cierto. Sólo que con una pajita se ingiere el alcohol más rápidamente que sorbo a sorbo de tal manera que los efectos de la bebida se aprecian antes.
  • Tomar el aire, sudar o darse una ducha fría antes de coger el coche no reduce la borrachera.