martes, 3 de diciembre de 2013

ANFETAMINAS

Ayer hablamos de la cocaína entre muchas otras, de igual forma hoy nos vamos a centrar en la anfetaminas, conocidas también por speed o anfeta. Las anfetaminas pertenecen al mismo grupo que la cocaína, es decir, al grupo de drogas estimulantes donde estas sustancias aceleran el funcionamiento del sistema nervioso provocando un estado de activación generalizado. Estas fueron consumidas por ciertos colectivos que lo que buscaban era estar despiertos y activos durante períodos de tiempo largos. 

La precursora de la anfetamina es la efedrina y esta a su vez procede de la planta (Catha edulis) que ya había sido utilizada desde antiguo en el tratamiento del asma y a partir del descubrimiento de la efedrina se inició la aplicación terapéutica en determinadas enfermedades del sistema nervioso central, es decir son drogas medicamentosas, pero adictivas (Moderada-Alta) y neurotóxicas. En la década del 50 y del 60 eran frecuentemente prescriptas por los médicos para tratar las depresiones y para suprimir el apetito, es decir, se utilizaban como pastillas para adelgazar. Las más utilizadas son: Benzedrina, Dexedrina y la Metilanfetamina. También son un fuerte estimulante y se relaciona inadecuadamente con todos los deportes para disminuir la sensación de fatiga. Una de sus aplicaciones más usuales es como auxiliar en la reducción de peso. El consumo de este excitante está ampliamente extendido y distribuido por todas las clases sociales. A diferencia de lo que sucede con la cocaína que la consumen preferentemente los sectores medios y altos, las anfetaminas son consumidas tanto por ejecutivos que pretenden sobreexcitación como por amas de casa que buscan un anoréxico para sus dietas o por estudiantes que preparan exámenes. 

La vía mas común de consumo de las anfetaminas es la vía oral, si bien también pueden ser usadas por vía intravenosa e incluso fumadas o esnifadas por la nariz. Las anfetaminas comercializadas en el mercado negro pueden presentarse bajo diferentes formas como un polvo blanco o amarillo, como tabletas, cápsulas o líquidos, entre otras.


Los efectos provocados por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran medida a los producidos por la cocaína.

- Los efectos psicológicos:

Entre los más frecuentes se encuentran:

1- Agitación
2- Euforia
3- Sensación de autoestima aumentada
4- Verborrea
5- Alerta y vigilancia constante

- Efectos fisiológicos:

Los efectos sobre el organismo del consumidor son, en esencia :

1- Falta de apetito, y adelgazamiento
2- Taquicardia
3- Insomnio
4- Sequedad de boca
5- Sudoración
6- Contracción sostenida de la mandíbula

A dosis normales, sus efectos varían de acuerdo al individuo y las condiciones de ingesta. Pueden producir efectos placenteros, hiperactividad y sensación desbordante de energía, pero también causan temblor, ansiedad irritabilidad, ira inmotivada y repentina, trastornos amnésicos e incoherencia. En la última fase se describen depresión, cuadros paranoides y delirios paranoides, alucinaciones y trastornos de conducta. El consumo de anfetaminas puede conducir a actuaciones agresivas, al igual que los barbitúricos y el alcohol, por su gran efecto euforizante, unido a un descontrol en los instintos inhibitorios.

Tales situaciones se producen cuando las dosis suministradas, generalmente por vía endovenosa, superan los 2 gr. Está demostrado un mayor potencial en las anfetaminas que en la cocaína, tanto en su punto más álgido como en la duración de los efectos. Reacciones muy graves se producen al consumirlas con barbitúricos en el conocido fenómeno de la pluritoxicomanía. Tomadas en dosis importantes son causantes de confusión, tensión, ansiedad aguda y miedo. También pueden precipitar psicosis paranoide en sujetos no psicóticos. La psicosis anfetamínica desarrollada por el sujeto se asemeja a la psicosis paranoica y a la esquizofrenia paranoica.

El riesgo de dependencia y adicción es tan alto como el de la cocaina, ya que sus niveles de tolerancia son bajos, requiriendo cada vez una mayor dosis para conseguir el mismo efecto. Habiendo iniciado con dosis terapéuticas de 10 a 30 mg, después de tres o cuatro semanas los usuarios regulares pueden necesitar hasta 500 mg para experimentar los mismos efectos; cantidad que afecta gravemente a personas sin hábito. Aunque no causa dependencia física en sentido estricto, el potencial de dependencia psicológica es bastante alto. El síndrome de abstinencia puede durar algunas semanas. Se manifiesta por ansiedad, fatiga, alteraciones de sueño, irritabilidad, hambre intensa y depresión severa, síntomas que pueden durar hasta un mes.

Las cifras de consumo de anfetaminas más altas se registran en Dinamarca (6,9 %), Inglaterra y Gales (11,5 %),Noruega (3,6 %), Alemania y España (3,4 %). Según las encuestas, alrededor de 11 millones de personas han probado las anfetaminas, y alrededor de 2 millones de europeos han consumido la droga durante el año 2010. El consumo de las drogas es muy alto y por lo tanto debemos de concienciarnos que estas son excesivamente perjudiciales para la salud, y que no solo a largo plazo, si no que a corto, pueden acabar con nuestra vida.

A continuación os dejamos con un vídeo que resume todo lo anterior citado:


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