martes, 17 de diciembre de 2013

Trastorno Bipolar

Se llama trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar a un trastorno depresivo de larga evolución, en el que los episodios depresivos se ven interferidos por la aparición de otros episodios caracterizados por un estado de ánimo elevado (euforia excesiva), expansivo (hiperactividad anómala) o irritable. Las fases de exaltación, alegría desenfrenada o irritabilidad y grosería, alternan con otros episodios en que la persona está con depresiones intensas, con bajo estado de ánimo, incapacidad para disfrutar, falta de energía, ideas negativas y, en casos graves, ideas de suicidio.


Los episodios depresivos se tratan igual que en una depresión, pero en estos pacientes los antidepresivos pueden desencadenar episodios de manía, por lo que se usan fármacos estabilizadores del ánimo, y especialmente el litio, que se emplea para prevenir las recaídas, ya que el trastorno bipolar es una enfermedad que suele cronificarse.
El litio tarda en actuar unos 7-10 días, por lo que cuando se emplea para tratar un episodio maníaco grave se suele asociar a fármacos antipsicóticos como el haloperidol.
Para comprobar su eficacia y los posibles efectos secundarios (que pueden incluir temblores, náuseas y vómitos, alteraciones de las hormonas tiroideas, contracturas musculares, diarrea y aumento de la cantidad de orina, aumento de peso...), y ajustar correctamente las dosis, el médico solicita análisis de sangre periódicamente para controlar los valores de litio en la sangre del paciente.
Otro tipo de tratamiento es el basado en el uso de anticonvulsivantes. Tanto la carbamacepina como el ácido valproico son estabilizadores del ánimo eficaces en el trastorno bipolar, y que se usan como alternativa al litio en casos resistentes, intolerancia a los efectos secundarios o en aquellos pacientes en los que esté contraindicado el uso del litio. Estos dos fármacos parecen ser especialmente eficaces en los pacientes que pasan del estado depresivo al maníaco en poco tiempo.

Además, el trastorno bipolar es una enfermedad crónica y el tratamiento farmacológico debe seguirse durante muchos años, e incluso de por vida. Por este motivo, la psicoterapia se recomienda para ayudar a los pacientes a continuar con el tratamiento, y también para que tanto ellos como sus familiares comprendan mejor la enfermedad y estén preparados para afrontarla mejor.

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