EL cáncer de ovarios se desarrolla sobre todo en las mujeres de entre 50 y 70 años. En el mundo 1 de cada 7 mujeres desarrolla esta enfermedad. Es el tercer cáncer más frecuente del aparato reproductor femenino, pero en cambio mueren más mujeres de cáncer de ovario que de cualquier otro que afecte al aparato reproductor. es una enfermedad en la cual las células malignas que provocan el tumor se forman en los tejidos de los ovarios.
Los factores de riesgo son:
- Teoría de la ovulación incesante: el traumatismo-rotura que se produce durante cada ovulación para que salga el óvulo del ovario puede resultar un estímulo para la aparición del cáncer de ovario. Por este motivo, las mujeres sin descendencia corren un riesgo mayor, ya que la gestación supone un período de reposo ovulatorio, y aquellas que no han estado embarazadas habrán sufrido un mayor número de ovulaciones.
- Genético: aparece con mayor frecuencia en aquellas mujeres con una historia familiar de cáncer de ovario. Se ha observado que el 30% de los cánceres de ovario expresan niveles elevados de determinadas mutaciones genéticas.
- Edad: a mayor edad, mayor riesgo.
A continuación, en este breve vídeo podréis ver la forma y los diferentes tipos de tumores de ovario:
Los síntomas del cáncer de ovario no suelen ser específicos, sino que son comunes a otras patologías menos graves, por lo que es frecuente que el diagnóstico llegue cuando el tumor está ya en una etapa avanzada. Además, los síntomas se manifiestan cuando hace tiempo que se padece la enfermedad y, al ser similares a los causados por patología digestiva, pueden tratarse erróneamente durante un tiempo, en muchos casos con antiácidos.
Los síntomas del cáncer de ovario más frecuentes son:
- Hinchazón abdominal.
- Dolor abdominal.
- Hemorragia vaginal irregular, que aparece fuera del periodo menstrual.
- Estreñimiento, gases, fuerte micción.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de apetito.
- Disminución o aumento inexplicable de peso.
- Dolor de espalda.
- Síndrome constitucional (cansancio, pérdida de peso..) en tumores con gran crecimiento y que se encuentran en estadios avanzados.
Pueden aparecer complicaciones como: ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal), torsión, rotura, obstrucción intestinal, diseminación del cáncer a otros órganos, infección...
El diagnóstico definitivo del cáncer de ovario se establece mediante el estudio de los tejidos afectados, pero la historia clínica, las técnicas de imagen y los marcadores séricos orientan (muy fielmente en algunos casos) acerca del diagnóstico.
Ecografía vaginal doppler:
Es la técnica de imagen más efectiva en el diagnóstico del cáncer de ovario, y permite evaluar si una masa detectada es sólida o se trata de un quiste lleno de líquido.
Se sospecha malignidad cuando en la ecografía se detectan, entre otras, alguna de las siguientes características:
- Localización bilateral.
- Aspecto sólido y quístico.
- Presencia de tabiques gruesos, partes sólidas en su interior.
- Tamaño mayor de 10 cm en mujeres en edad fértil, o mayor de 5 cm en postmenopáusicas.
- Presencia de ascitis (líquido en el abdomen).
- Detección de nuevas formaciones vasculares.
- Tomografía computarizada
Su principal utilidad es determinar si el cáncer de ovario se ha diseminado hacia otros órganos. Además sirve para comprobar el tamaño del tumor y si los ganglios linfáticos están agrandados.
Resonancia magnética:
Las imágenes que se obtienen con esta técnica son más completas que las conseguidas con la tomografía computarizada, en cuanto a la definición de las lesiones y la evaluación de la diseminación del tumor.
Marcadores tumorales:
Los marcadores tumorales (sustancias segregadas por el tumor) que se han asociado al cáncer de ovario son:
- Ca 125: puede estar elevado hasta en un 80% de los tumores ováricos, pero puede asociarse a procesos benignos, como por ejemplo la gestación, por lo que suele ser más específico en pacientes postmenopáusicas.
- CEA (antígeno carcinoembrionario): está elevado con menor frecuencia, pero sí lo está en casi el 70% de los casos de cáncer mucinoso.
- Alfafetoproteína: se asocia al tumor del seno endodérmico, porque aumenta hasta en el 95% de los pacientes, aunque también puede aumentar en teratomas y disgerminomas.
- Inhibina: aumenta en tumores de la granulosa y en mucinosos.
- CA19.9: principalmente se eleva en tumores mucinosos.
- HCG: se eleva en el 95-100% de carcinomas embrionarios, los cuales también tienen aumentada la alfafetoproteína en el 70%. También está aumentada la HCG en el coriocarcinoma.
- SCC (antígeno de crecimiento de células escamosas): en teratomas inmaduros aumenta.
Diagnóstico precoz del cáncer de ovario: screening:
En mujeres con familiares de primer grado afectadas por cáncer de ovario o cáncer de mama, se suele aconsejar (aunque no hay evidencia científica de la utilidad de este screening) ecografía y medición de Ca 125 anualmente, para descartar posibles síndromes familiares que incluyen cáncer de ovario.
Es muy importante el diagnóstico precoz de este tumor, ya que permite mejorar el pronóstico, que, por otro lado, cada vez es algo mejor gracias a los avances que se están produciendo en el tratamiento médico y la cirugía relacionados con el control de esta enfermedad. También es muy importante el apoyo psicológico que recibe la paciente al ser diagnosticada y, en general, durante todo el tratamiento, ya que le ayudará a afrontar mejor este proceso.
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