En ambientes húmedos segrega una gran cantidad de resina, que las hace pegajosas al tacto, por lo que se dice que puede ser un mecanismo de defensa frente a la humedad ambiental.
El sexo de la planta se diferencia por el examen de las flores, las masculinas pueden apreciarse a simple vista y se agrupan en racimos, y las femeninas son casi invisibles y se agrupan en espigas.
El fruto "cañamones", tiene forma globular, de unos cinco milímetros de diámetro, que se emplea para la alimentación de las aves, y para la extracción de aceite.
Esta planta tiene alrededor de sesenta componentes, entre ellos está el THC (tetrahidrocannabinol), que es el componente más conocido y con mayor psicoactividad. La mayor parte de estos componentes se encuentra en las flores, de la planta hembra, las hojas y los tallos presentan menos cantidad. El cultivo clandestino ha desarrollado variedades hasta ahora desconocidas, denominadas de forma genérica "sinsemilla". Estas variedades tienen mucha mayor cantidad porcentual de cannabinoles que las cultivadas de forma tradicional o silvestre.
Todas las partes de esta planta contienen en mayor o menor proporción THC; esta cantidad depende de múltiples factores, especialmente de la forma de recolección y de cultivo. Los cigarrillos de marihuana consumidos en los años 70 contenían ente 5-30 miligramos de THC, aproximadamente; actualmente, debido a la variedad de la planta y la forma de cultivo, puede alcanzar hasta los 150 miligramos o el doble si hablamos de la resina, lo que supone, entre 5-10 veces más de contenido psicoactivo por cada cigarrillo de marihuana.
En función de la parte consumida y su forma de elaboración, podemos clasificar los derivados del cannabis en tres grupos que son:
· Marihuana: preparado con hojas secas y flores, que contiene entre 6 y 14% de THC (actualmente en ocasiones puede superar este porcentaje).
· Hachís: preparado de resina segregada por la planta de cannabis o hirviendo esta planta. Las tonalidades que presenta pueden variar dependiendo del origen de la planta (verde oscuro tirando a marrón en Marruecos, negro del Líbano y Medio Oriente, y negro como brea en Nepal). Contiene entre un 15 y un 30% de THC, dependiendo de la variedad.
· Aceite de hachís: preparado mediante la destilación de la planta en disolventes orgánicos. Dependiendo de la técnica y de los aparatos empleados en la destilación puede llegar a alcanzar un 65% de contenido de THC.
FORMA DE CONSUMO:

· Fumada o inhalada: la forma habitual de consumo de cannabis es fumado, mezclado con tabaco (hachís) o sólo (marihuana) en forma de cigarrillo , llamados porro, canuto, petardo.. también se puede fumar en pipas cortas y con cazueleta ancha llamadas hachicheros. Otra forma de consumo es con pipas de salón llamadas "argilas". El pie de estas pipas es un recipiente donde se coloca líquido con el fin de humidificar el humo para que no dañe la garganta.
· Oral o ingerida: la resina es introducida en los alimentos elaborando pasteles, caramelos, etc, en ocasiones las hojas y los tallos son utilizados para la elaboración de productos destinados al consumo alimentario(tortillas, empanadas...)
Actualmente el cannabis se ha convertido en nuestro país en la principal droga ilegal consumida.
Cada vez con más frecuencia acuden en demanda de tratamiento menores de edad con consumos abusivos de esta sustancia y con complicaciones comportamentales, de convivencia, económicas además de fracaso escolar, cuadros psicóticos y síndrome amotivacional.
Uno de los principales problemas que nos encontramos ante el abordaje de esta sustancia es la falta de percepción de riesgo entre los consumidores, que verbalizan que “esto no hace nada”, “es menos nocivo que el tabaco” o “lo hace todo el mundo”.
Pero…¿Qué consecuencias tiene a largo plazo?
Se pueden llegar a producir tres tipos de consecuencias debidas a un consumo excesivo y/o continuado del cannabis o de cualquiera de sus derivados.
· Complicaciones psicológicas: dosis elevadas pueden dar lugar a la aparición de psicosis tóxica aguda, caracterizada por ansiedad, delirios paranoides o de persecución e ideas de suicidio, suele estar acompañada de pánico, paranoia, depresión y desorientación en el tiempo y en el espacio. Esta complicación al ser producida por el consumo suele tener una duración de entre uno y once días, siempre supeditados a la abstinencia de la sustancia.
· Complicaciones físicas: el uso prolongado puede producir complicaciones crónicas que afectan: al sistema respiratorio, provocando irritación bronquial y pulmonar; al sistema endocrino, ginecomastia (tumores en los órganos sexuales), reducción de la cantidad y calidad del esperma en los hombres. El consumo durante el embarazo hace que se produzca disminución en el peso del recién nacido, y un incremento de las posibilidades de nacimientos con malformaciones.
· Síndrome amotivacional: el uso continuado y crónico de la marihuana se ha asociado con este síndrome, caracterizado por: apatía, frustración fácil, pérdida de eficacia al desarrollar trabajos, falta de concentración, y una falsa idea de productividad elevada. Las personas que padecen este síndrome, tienden a ser menos compatibles y sociales con los familiares y amigos, comportarse de forma más independiente y menos involucrados en el trabajo o las instituciones convencionales, se comportan de forma más problemática en el cumplimiento de las reglas y costumbres sociales y suelen tener mayor tolerancia hacia las conductas socialmente desviadas. Esto en ocasiones, le produce problemas judiciales y/o sociales.
En este enlace os dejamos un vídeo sobre un documental llamado “La otra realidad del cannabis” que trata sobre esta droga y sus fines terapéuticos:
http://laotrarealidaddelcannabis.com/
Aquí os dejamos un enlace donde podéis obtener mucha información acerca de esta droga: http://www.lamarihuana.com/
Después de conocer todo esto la pregunta es:
¿Se debe legalizar la marihuana?
Droga de difícil clasificación que tiene efectos relajantes, eufóricos, de pérdida de percepción de la realidad, de consumo solitario o compartido, recreativo o anónimo, se encuentra muy extendido entre los jóvenes.
Cada vez con más frecuencia acuden en demanda de tratamiento menores de edad con consumos abusivos de esta sustancia y con complicaciones comportamentales, de convivencia, económicas además de fracaso escolar, cuadros psicóticos y síndrome amotivacional.
Uno de los principales problemas que nos encontramos ante el abordaje de esta sustancia es la falta de percepción de riesgo entre los consumidores, que verbalizan que “esto no hace nada”, “es menos nocivo que el tabaco” o “lo hace todo el mundo”.
Pero…¿Qué consecuencias tiene a largo plazo?
Se pueden llegar a producir tres tipos de consecuencias debidas a un consumo excesivo y/o continuado del cannabis o de cualquiera de sus derivados.
· Complicaciones psicológicas: dosis elevadas pueden dar lugar a la aparición de psicosis tóxica aguda, caracterizada por ansiedad, delirios paranoides o de persecución e ideas de suicidio, suele estar acompañada de pánico, paranoia, depresión y desorientación en el tiempo y en el espacio. Esta complicación al ser producida por el consumo suele tener una duración de entre uno y once días, siempre supeditados a la abstinencia de la sustancia.
· Complicaciones físicas: el uso prolongado puede producir complicaciones crónicas que afectan: al sistema respiratorio, provocando irritación bronquial y pulmonar; al sistema endocrino, ginecomastia (tumores en los órganos sexuales), reducción de la cantidad y calidad del esperma en los hombres. El consumo durante el embarazo hace que se produzca disminución en el peso del recién nacido, y un incremento de las posibilidades de nacimientos con malformaciones.
· Síndrome amotivacional: el uso continuado y crónico de la marihuana se ha asociado con este síndrome, caracterizado por: apatía, frustración fácil, pérdida de eficacia al desarrollar trabajos, falta de concentración, y una falsa idea de productividad elevada. Las personas que padecen este síndrome, tienden a ser menos compatibles y sociales con los familiares y amigos, comportarse de forma más independiente y menos involucrados en el trabajo o las instituciones convencionales, se comportan de forma más problemática en el cumplimiento de las reglas y costumbres sociales y suelen tener mayor tolerancia hacia las conductas socialmente desviadas. Esto en ocasiones, le produce problemas judiciales y/o sociales.
En este enlace os dejamos un vídeo sobre un documental llamado “La otra realidad del cannabis” que trata sobre esta droga y sus fines terapéuticos:
http://laotrarealidaddelcannabis.com/
Aquí os dejamos un enlace donde podéis obtener mucha información acerca de esta droga: http://www.lamarihuana.com/
Después de conocer todo esto la pregunta es:
¿Se debe legalizar la marihuana?
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