domingo, 8 de diciembre de 2013

CÁNCER de PULMÓN

El cáncer de pulmón es el más frecuente del mundo, con aproximadamente 1.400.000 nuevos casos al año. Entre el 80-90% de los cánceres de pulmón se dan en fumadores, o en personas que hayan dejado de fumar recientemente. Es la primera causa de muerte por cáncer en hombres y también es frecuente en mujeres, aunque por detrás del cáncer de mama, el de colon, y otros cánceres ginecológicos. Como la mayor taxa se da en personas fumadoras o exfumadoras, esto nos indica que a pesar de su alta mortalidad es uno de los cánceres más evitables. Sin embargo, aunque el tabaco es el principal responsable de la aparición de esta afección, cualquier persona puede desarrollar un cáncer de pulmón. En los últimos 30 años han sido muchas las campañas contra el tabaquismo, y esto, junto al desarrollo de nuevos tratamientos, ha contribuido a que disminuya notablemente el número de hombres muertos por cáncer de pulmón. Por el contrario, el número de mujeres con cáncer de pulmón ha aumentado, debido a que hay más mujeres fumadoras que antes. 


Hay varios tipos de cáncer de pulmón. Es clave poder identificar qué tipo de cáncer padece el paciente, ya que el tratamiento y el pronóstico son radicalmente diferentes entre ellos. En primer lugar, se pueden dividir los tipos de cáncer en varios grupos:

  • Cáncer de pulmón de células pequeñas: también se llama cáncer microcítico o en “granos de avena”; representa el 10-15% de todos los cánceres de pulmón. Este tumor suele encontrarse en la parte más central de los pulmones y es el más agresivo de todos; casi siempre invade partes del cuerpo humano muy lejanas de los pulmones. Además, es capaz de provocar síndromes paraneoplásicos, es decir, puede sintetizar hormonas y otras sustancias que provocan alteraciones a nivel neurológico, endocrinológico, etcétera.
  • Cáncer de pulmón de células no pequeñas: se engloban en este grupo distintos tipos de cáncer que se asemejan en su tratamiento y pronóstico. Se puede distinguir cada tipo por sus diferencias celulares microscópicas, es decir, por las diferencias de sus células al microscopio.
  • Adenocarcinoma: este tumor se encuentra en la periferia del pulmón y no tiene una relación muy estrecha con el tabaco. Es típico de mujeres, no fumadores, y se relaciona con antiguas cicatrices en el pulmón (por ejemplo, por una neumonía o por antiguas cirugías). Se puede diseminar a través de la sangre, así que sus primeros síntomas muchas veces no tienen nada que ver con los pulmones.
  • Carcinoma epidermoide o escamoso: es un tumor que surge en el centro de los pulmones y es el más relacionado con el tabaco. Es cada vez menos frecuente en los hombres, pero aumenta el número de casos en las mujeres. Cuando se diagnostica, en la mitad de los casos no se extiende más allá del tórax.
  • Carcinoma de células grandes: son variantes de los dos anteriores. Como su nombre indica, las células tienen un tamaño mayor al habitual.
Otros tipos de cáncer de pulmón a tener en cuenta son el mesotelioma, que es un tumor benigno o maligno de la pleura que recubre los pulmones, y distintos tipos de tumores benignos, que no tienen complicación alguna, como son los hamartomas y adenomas. Tampoco se debe olvidar que los pulmones son un lugar frecuente de metástasis de otros tumores que pueden aparecer originalmente en otros órganos.

Las causas pueden ser:
  • Tabaco: Es la principal causa. El humo de tabaco, con su elevada concentración de carcinógenos, va a parar directamente al aire y es inhalado tanto por los fumadores como por los no fumadores. Dejar de fumar también reduce de manera significativa el riesgo de contraer otras enfermedades relacionadas con el tabaco, como las enfermedades del corazón, el enfisema y la bronquitis crónica.
  • Efectos del radón: El radón es un gas radiactivo que se halla en las rocas y en el suelo de la tierra, formado por la descomposición natural del radio. Al ser invisible e inodoro, la única manera de determinar si uno está expuesto al gas es medir sus niveles. Además, la exposición al radón combinada con el cigarrillo aumenta significativamente el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Por lo tanto, para los fumadores, la exposición al radón supone un riesgo todavía mayor.
  • Exposición a carcinógenos: El amianto es tal vez la más conocida de las sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón, pero hay muchas otras: uranio, arsénico, ciertos productos derivados del petróleo, etc.
  • Predisposición genética: Se sabe que el cáncer puede estar causado por mutaciones (cambios) del ADN, que activan oncogenes o los hacen inactivos a los genes supresores de tumores. Algunas personas heredan mutaciones del ADN de sus padres, lo que aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer.
  • Agentes causantes de cáncer en el trabajo: Entre las personas con riesgo se encuentran los mineros que inhalan minerales radiactivos, como el uranio, y los trabajadores expuestos a productos químicos como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de mostaza y los éteres clorometílicos.
  • Marihuana: Los cigarrillos de marihuana contienen más alquitrán que los de tabaco. Igualmente, el humo se inhala profundamente y se retiene en los pulmones por largo tiempo. Además, los cigarrillos de marihuana se fuman hasta el final, donde el contenido de alquitrán es mayor.
  • Inflamación recurrente: La tuberculosis y algunos tipos de neumonía a menudo dejan cicatrices en el pulmón. Estas cicatrices aumentan el riesgo de que la persona desarrolle el tipo de cáncer de pulmón llamado adenocarcinoma.
  • Polvo de talco: Algunos estudios llevados a cabo en mineros y molineros de talco sugieren que éstos tienen un mayor riesgo de desarrollar dicha enfermedad debido a la exposición de los mismos al talco de calidad industrial. Este polvo, en su forma natural, puede contener amianto.
  • Otros tipos de exposición a minerales: Las personas con silicosis y beriliosis (enfermedades pulmonares causadas por la inhalación de ciertos minerales) también tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer de pulmón.
  • Exceso o deficiencia de vitamina: Las personas que no reciben suficiente vitamina A tienen un mayor riesgo de padecer de cáncer de pulmón. Por otra parte, tomar demasiada vitamina A también puede aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón.
  • Contaminación del aire: En algunas ciudades, la contaminación del aire puede aumentar ligeramente el riesgo del cáncer de pulmón. Este riesgo es mucho menor que el causado por el hábito de fumar.

Los síntomas son:

  • Tos o dolor en el tórax que no desaparece y que puede ir acompañada de expectoración.
  • Un silbido en la respiración , falta de aliento.
  • Tos o esputos con sangre.
  • Ronquera o hinchazón en la cara y el cuello.
  • Diseña o sensación de falta de aire.

Un diagnóstico temprano de la enfermedad puede evitar que el cáncer de pulmón se haya extendido demasiado y resulte incurable. Para ello se necesita una alta sospecha clínica y la ayuda de pruebas complementarias.

  • Clínica: se debe estar alerta ante la aparición de tos que no cesa u otros cambios bruscos en las vías respiratorias; esta alerta es de especial importancia en fumadores o ex-fumadores. El médico debe informarse sobre el número de paquetes diarios-año que consume el paciente para así conocer cuál es el nivel de su riesgo.
  • Radiografía de tórax: es capaz de detectar pequeñas manchas y lesiones hasta dos años antes de que aparezcan síntomas.
  • TAC: la tomografía axial computerizada realiza imágenes del tórax en cortes, y ayuda a ver el tamaño del tumor y si afecta a órganos vecinos.
  • Broncoscopia: se realiza una vez localizado el tumor y si este se encuentra cercano a un bronquio. Consiste en introducir una cámara con unas pinzas que toman muestras del tumor, para realizar un análisis al microscopio y poder diferenciar qué tipo es; de esta forma, se puede decidir cuál es el mejor tratamiento.
  • Citología de esputo: es un método menos invasivo que el anterior. Consiste en realizar un análisis al microscopio del esputo del paciente para buscar células malignas. Se realiza cuando hay sospecha previa de cáncer de pulmón.
  • Toracocentesis: punción del tórax para extraer líquido del derrame pleural, si lo hay, y buscar al microscopio células malignas.
  • Biopsia a cielo abierto: cuando el tumor no resulta accesible por broncoscopia y se encuentra en la periferia del pulmón, se puede realizar una biopsia haciendo una pequeña apertura al tórax desde el exterior.

El pronóstico y la elección de tratamiento dependerán de la etapa de extensión en que se encuentra el cáncer, del tamaño del tumor o el tipo de cáncer de pulmón.
  • La cirugía consiste en la extirpación del tumor y algunos tejidos de la zona circundante y suele utilizarse en los primeros estadíos de la enfermedad
  • La quimioterapia consiste en el uso de medicamentos para eliminar las células cancerosas.
  • La radioterapia consiste en el uso de rayos X de alta energía para eliminar células cancerosas y reducir el tamaño del tumor.

La única prevención posible del cáncer de pulmón es evitar la exposición a sus desencadenantes ambientales, siendo el principal de ellos el humo del tabaco. Abandonar el tabaco es la única forma de evitar una enfermedad que, en la mayor parte los casos, acaba con la vida de los que la sufren. Es por ello que los médicos están comprometidos a ofrecer toda su ayuda a los fumadores que están motivados para dejar su hábito. Sin embargo, conseguir abandonar el tabaco es realmente difícil, ya que la adicción física y psicológica a la nicotina es muy fuerte. Hay diversos métodos para ayudar a los fumadores, entre los que se incluye el asesoramiento, la terapéutica conductual, la restitución de la nicotina (chicles, parches, inhaladores) y ciertos medicamentos (bupropión). Sin embargo, solo se consiguen buenos resultado en el 20-25% de los pacientes, por ello lo mejor es no empezar a fumar.



Hay que tener en cuenta, además, que la exposición al humo del tabaco no se da solamente en fumadores, ya que son muchas las personas que inhalan el humo del tabaco no habiendo elegido fumar. Ahí es cuando la sociedad interviene para evitar el perjuicio que supone sobre la salud de la población, y se implantan legislaciones que promueven un ambiente sin humo.




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