El de cuello de útero es el segundo cáncer más común en las mujeres europeas de entre 15 y 44 años, aunque su frecuencia varía de unos países a otros. Lo más normal es que aparezca en mayores de 54 años, pero se ha observado que en los últimos años afecta a mujeres cada vez más jóvenes.
Causas
Existen algunos factores que se han relacionado con la incidencia del cáncer de cérvix. El factor de riesgo más importante en el desarrollo de lesiones premalignas (CIN) o cáncer de cérvix es la infección por papilomavirus, especialmente los tipos 16 y 18. Otros factores son:
· El consumo de tabaco.
· La promiscuidad sexual.
· Edad precoz de inicio de relaciones sexuales.
· Número de hijos elevado.
· Bajo nivel socioeconómico.
· Menopausia después de los 52 años.
· Diabetes.
· Elevada presión arterial.
· Exposición a elevados niveles de estrógenos.
Por ello, se recomienda habitualmente la realización del test de Papanicolaou cuando la mujer comienza a mantener relaciones sexuales, de manera anual en mujeres de alto riesgo y en mujeres de bajo riesgo, después de 2-3 revisiones normales, se pueden realizar cada 3 años.
Síntomas
La clave para detectar cáncer endometrial en sus primeras etapas es estar al tanto de los síntomas que produce. Ciertos síntomas, como sangrado fuera de lo normal, manchas de sangre o nuevas secreciones de la vagina, o sangrado o manchas de sangre después de la menopausia, están relacionados con el cáncer endometrial. Los síntomas pueden ocurrir de forma regular o intermitentemente. Su médico debe evaluar la causa del sangrado o secreción anormal, especialmente después de la menopausia.
Diagnóstico
No hay pruebas de detección para el cáncer endometrial en las mujeres que no presentan síntomas. No obstante, la mayoría de las mujeres que padecen cáncer endometrial presentan síntomas cuando el cáncer está en sus primeras etapas. Hay varios métodos que se usan para detectar la presencia de cáncer endometrial.
· Biopsia del endometrio: prueba en la que se extrae y examina bajo un microscopio una pequeña cantidad de tejido del revestimiento del útero. Esta prueba por lo general es el primer paso para detectar la presencia de células anormales.
·Ecografía transvaginal: prueba que emplea ondas sonoras para examinar el grosor del revestimiento del útero y el tamaño de este órgano.
· Histeroscopia: procedimiento quirúrgico donde se usa un instrumento delgado que transmite una luz para ver dentro del útero o practicar cirugías.
· Dilatación y raspado: procedimiento mediante el cual se abre el cuello uterino para raspar o aspirar levemente el interior del útero.
Para muchas mujeres, la prueba de Papanicolaou puede estar integrada con un examen médico regular, sin embargo, esta prueba no siempre detecta cáncer endometrial. De hecho, los resultados de la prueba de Papanicolaou de la mayoría de las mujeres con cáncer endometrial son normales. El cáncer endometrial puede diagnosticarse sólo mediante un examen del tejido del útero.
Tratamiento
El tratamiento depende del estadio en que se encuentre el cáncer. Si el cáncer está confinado a la capa más externa del cérvix (carcinoma in situ), a menudo se puede eliminar el cáncer por completo extrayendo parte del cérvix con un bisturí o mediante escisión electroquirúrgica. Este tratamiento tiene la ventaja de no alterar la capacidad de tener hijos. Pero ya que es posible que el cáncer recidive, los médicos aconsejan que las mujeres se realicen revisiones y Pap cada 3 meses durante el primer año y cada 6 meses a partir de este momento. Si una mujer tiene un carcinoma in situ y no desea tener hijos, es recomendable la extirpación del útero (histerectomía).
Si el cáncer está en un estadio más avanzado, es necesario realizar una histerectomía más una extracción de estructuras adyacentes (histerectomía radical) y de ganglios linfáticos. Los ovarios, si son normales y funcionan correctamente, no se extirpan cuando las mujeres son jóvenes. La radioterapia también es muy efectiva para el tratamiento del cáncer cervical avanzado que no se ha extendido más allá de la región pélvica. A pesar de que causa pocos o ningún problema inmediato, puede provocar irritación en el recto y la vagina. Las lesiones en la vejiga y el recto pueden producirse incluso tiempo después, y los ovarios, en general, dejan de funcionar.
Cuando el cáncer se ha extendido más allá de la pelvis, a veces se debe recurrir a la quimioterapia. Sin embargo, sólo es eficaz en el 25 al 30 por ciento de los casos tratados y los efectos habitualmente son temporales.
Existen algunos factores que se han relacionado con la incidencia del cáncer de cérvix. El factor de riesgo más importante en el desarrollo de lesiones premalignas (CIN) o cáncer de cérvix es la infección por papilomavirus, especialmente los tipos 16 y 18. Otros factores son:
· El consumo de tabaco.
· La promiscuidad sexual.
· Edad precoz de inicio de relaciones sexuales.
· Número de hijos elevado.
· Bajo nivel socioeconómico.
· Menopausia después de los 52 años.
· Diabetes.
· Elevada presión arterial.
· Exposición a elevados niveles de estrógenos.
Por ello, se recomienda habitualmente la realización del test de Papanicolaou cuando la mujer comienza a mantener relaciones sexuales, de manera anual en mujeres de alto riesgo y en mujeres de bajo riesgo, después de 2-3 revisiones normales, se pueden realizar cada 3 años.
Síntomas
La clave para detectar cáncer endometrial en sus primeras etapas es estar al tanto de los síntomas que produce. Ciertos síntomas, como sangrado fuera de lo normal, manchas de sangre o nuevas secreciones de la vagina, o sangrado o manchas de sangre después de la menopausia, están relacionados con el cáncer endometrial. Los síntomas pueden ocurrir de forma regular o intermitentemente. Su médico debe evaluar la causa del sangrado o secreción anormal, especialmente después de la menopausia.
Diagnóstico
No hay pruebas de detección para el cáncer endometrial en las mujeres que no presentan síntomas. No obstante, la mayoría de las mujeres que padecen cáncer endometrial presentan síntomas cuando el cáncer está en sus primeras etapas. Hay varios métodos que se usan para detectar la presencia de cáncer endometrial.
· Biopsia del endometrio: prueba en la que se extrae y examina bajo un microscopio una pequeña cantidad de tejido del revestimiento del útero. Esta prueba por lo general es el primer paso para detectar la presencia de células anormales.
·Ecografía transvaginal: prueba que emplea ondas sonoras para examinar el grosor del revestimiento del útero y el tamaño de este órgano.
· Histeroscopia: procedimiento quirúrgico donde se usa un instrumento delgado que transmite una luz para ver dentro del útero o practicar cirugías.
· Dilatación y raspado: procedimiento mediante el cual se abre el cuello uterino para raspar o aspirar levemente el interior del útero.
Para muchas mujeres, la prueba de Papanicolaou puede estar integrada con un examen médico regular, sin embargo, esta prueba no siempre detecta cáncer endometrial. De hecho, los resultados de la prueba de Papanicolaou de la mayoría de las mujeres con cáncer endometrial son normales. El cáncer endometrial puede diagnosticarse sólo mediante un examen del tejido del útero.
Tratamiento
El tratamiento depende del estadio en que se encuentre el cáncer. Si el cáncer está confinado a la capa más externa del cérvix (carcinoma in situ), a menudo se puede eliminar el cáncer por completo extrayendo parte del cérvix con un bisturí o mediante escisión electroquirúrgica. Este tratamiento tiene la ventaja de no alterar la capacidad de tener hijos. Pero ya que es posible que el cáncer recidive, los médicos aconsejan que las mujeres se realicen revisiones y Pap cada 3 meses durante el primer año y cada 6 meses a partir de este momento. Si una mujer tiene un carcinoma in situ y no desea tener hijos, es recomendable la extirpación del útero (histerectomía).
Si el cáncer está en un estadio más avanzado, es necesario realizar una histerectomía más una extracción de estructuras adyacentes (histerectomía radical) y de ganglios linfáticos. Los ovarios, si son normales y funcionan correctamente, no se extirpan cuando las mujeres son jóvenes. La radioterapia también es muy efectiva para el tratamiento del cáncer cervical avanzado que no se ha extendido más allá de la región pélvica. A pesar de que causa pocos o ningún problema inmediato, puede provocar irritación en el recto y la vagina. Las lesiones en la vejiga y el recto pueden producirse incluso tiempo después, y los ovarios, en general, dejan de funcionar.
Cuando el cáncer se ha extendido más allá de la pelvis, a veces se debe recurrir a la quimioterapia. Sin embargo, sólo es eficaz en el 25 al 30 por ciento de los casos tratados y los efectos habitualmente son temporales.
¿Cómo se forma el cáncer de útero?
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